La renuncia colectiva en e-consulta es muy simple de comprender: fue un acto de hartazgo y solidaridad. No hay más; nadie nos pagó ni nos compró.
Desde hace varios días yo estaba convencido de que era tiempo de dejar la Dirección Editorial, y así lo anuncié a Rodolfo Ruiz, a quien siempre agradeceré la oportunidad y la confianza que me otorgó.
Yo dejaría el periódico antes del fin de año, tomaría unas vacaciones y luego volvería a ejercer como reportero. Ese era el plan, todo el personal ya lo sabía.
Mi renuncia se adelantó porque la mañana del viernes recibí una llamada de reporteras y gestoras de redes sociales, para avisarme que juntas habían exigido el despido del editor Miguel Ceballos López, a quien varias veces habían denunciado por presunto acoso laboral y violencia verbal y psicológica.
En la llamada las compañeras acusaron que Rodolfo Ruiz lo había defendido, con frases como: “para mí no es un agresor” y “si, básicamente ustedes son números”, en referencia a que al denunciado lo respaldan buenos números en redes sociales y visitas al portal.
De esto que relato hay audios, pues ellas grabaron la conversación, y al escuchar que nuestro director defendió al denunciado por encima de ocho denunciantes, decidí renunciar con ellas en un acto de solidaridad y congruencia. No sería parte de un periódico que se quedó sin personal por tolerar la violencia.
Nunca fui omiso a las denuncias contra Miguel Ceballos. A Rodolfo le hice llegar todas las quejas o hechos en los que el personal no estaba de acuerdo; le advertí que la situación podría empeorar, así que hablamos con él varias veces, siempre se comprometió a cambiar su trato y actitud, y para Rodolfo eso era suficiente.
La última advertencia la hice la noche del jueves; avisé a Rodolfo Ruiz que las compañeras renunciarían juntas si no se despedía a Miguel Ceballos, porque una de ellas me lo anticipó en secreto, así que propuse actuar primero: “¿cómo ve, hablo con ellas?”, “¿quiere que las busque antes de que esto empeore?”, le dije. Su respuesta fue negativa, y pasó lo que pasó.
Somos números
Sin los hechos del viernes mi renuncia sería resultado de dos circunstancias: el vacío existencial por dejar de reportear, y porque efectivamente en e-consulta se había empezado a priorizar los números por encima del trabajo periodístico.
Es totalmente entendible que un medio perseguido desde el poder con demandas y auditorías, cambie su estrategia digital para posicionarse mejor en redes sociales y buscadores de internet, con contenido viral, superficial o de corta vigencia, con titulares morbosos que cumplan con los parámetros SEO, aunque carezcan de rigor periodístico o gramatical.
Es una decisión muy respetable, pero no la comparto, por eso dejé en claro a Rodolfo que no sería parte de esa estrategia. Iba a renunciar como un acto de rebeldía al sistema que de todos modos acabará por imponerse en todos los medios digitales.
Sin embargo, mi rebeldía fue superada por una rebelión mucho mas grande, de ocho mujeres que respaldé y a las cuales me sumo en la demanda de que en e-consulta jamás se repitanactos como los denunciados.
A la lista de renuncias se suman Carlos y Armando, quienes igual reprobaron la situación. Ahora somos una decena de desempleados a quienes no nos pagó nadie para “acabar” con e-consulta desde adentro. No haremos un nuevo medio financiado con dinero público.
No me “compró” el gobernador Miguel Barbosa Huerta para “traicionar” a Rodolfo Ruiz, pues el primero intentó comprarme desde 2019 y no pudo, mientras que al segundo quien lo traicionó fue su machismo y el pacto patriarcal.